Relato gay. Julio: Mi tío cachondo en tanga parte 1.
Relato gay. Julio: Mi tío cachondo en tanga parte 1.
Mi nombre es Julio y tengo actualmente 32 años. Cuando perdí
la virginidad de mi ano fue a la edad de 17. Y fue Mi con mi tío.
El hermano de mi papá se llama Gustavo y trabaja talando
árboles. Un día mi padre estando en el teléfono mencionó que esperaba ver a mi
tío pronto. Cuando terminó la llamada pregunté que quién era, respondió que
Gustavo y que vendría a trabajar a Vancouver por un tiempo. Eso me alegró
mucho. Mi tío es un hombre muy grande, con brazos muy trabajados y con panza
cervecera a demás de que está muy barbón y peludo del pecho, porque lo había visto ya tiempo atrás en algunas reuniones. Es un verdadero macho. Cuando dijo
que estaría un día en casa me alegré y más cuando mencionó que se quedaría en
una cabaña a las afueras de la ciudad. Esa idea me fascinó más. Empecé a pensar
la forma para poder quedarme con él en la cabaña, así podría espiarlo mientras
se duchaba o cuando durmiera y quizá si todo salía bien que me cogiera.
Una semana después llegó mi tío. Al verme me abrazó con esos
brazos enormes y velludos y me dijo que ya estaba muy grande. Olía a tabaco y a
una loción que olía a madera. En la comida no dejaba de verlo y se dio cuenta
porque apenas y me miraba yo desviaba la vista. Estaba completamente enamorado
de mi tío.
Por la tarde mis padres se fueron a comprar las cosas que
necesitaríamos para el asado. Mi tío se quedó al igual que yo. Yo aproveché y
dije que me iba a duchar. Dejé la puerta abierta de mi baño y también la de mi
habitación con la esperanza que mi tío pasada y me viera, pero no fue así. Al
salir derrotado y olvidándome del tema por un rato me sequé muy bien con la
toalla y me puse una de mis tangas favorita de estampado de cebra. Estaba
buscando un short en mi armario cuando una voz muy masculina me tomó por
sorpresa. Era mi tío.
—Por que usas calzones de vieja? Me dijo de forma morbosa.
—No son de vieja. —respondí un poco sorprendido.
—Las tangas son para mujeres.—sonrió.
—No es verdad. Las hay para hombres también. La que traigo
puesta es de hombre.
Se acarició la barba .
—Tu papá sabe que usas tangas?
—No y no le digas por favor tío.
—Ok nenita, no diré nada, pero esta me la debes.
Me lanzó una mirada más morbosa y siguió por el pasillo.
Mi corazón comenzó a palpitar fuertemente. Mi intención era
que me viera, pero al no pasar bajé la guardia y me tomó por sorpresa.
En la noche, en el asado ahora era mi tío el que no dejaba
de verme y me sonreía de vez en cuando. De repente empezó a hablar de la cabaña
y sacó una foto que le había enviado la compañía.
—Que bonita y relajante se ve. —dije al verla.
—Si y va a ser sólo mía por un buen tiempo.
—Que envidia, yo voy muy poco al bosque, estar todo el día
rodeado de tantos pinos y él sonido de los animales debe ser grandioso.
—Vayan el fin de semana. —sugirió mi tío.
—Si papá por favor! —pedí.
Pero papá y mamá dijeron que estarían muy ocupados este fin
de semana.
—Bueno, dejen que el chico vaya, ya tiene edad, casi cumple
18 y ya es todo un hombrecito.—sugirió mi tío.
Juro que al escuchar eso se me estremeció el culo y me
comenzó a cosquillear el pene.
Después de hablarlo un rato accedieron a que fuera el fin de
semana a la cabaña con mi tío.
Mientras mis padres estaba charlando y cuidando la carne mi
tío me miraba morbosamente y me sonreía.
Pero nos interrumpieron, mi padre me pidió que fuera por los
platos y mi tío se ofreció a ayudarme. Estando dentro de casa y camino a la
cocina habló.
—Bueno, convencí a tus papás de dejarte ir este fin de
semana. —me decía sonriendo. —era lo que querías no? nenita.
—si, pero no soy una nenita.
—a ver… —me tomó de la cintura y abrió mi short para ver si
traía la tanga. —traes todavía esa tanguita, entonces eres una nena.
Sus palabras me estaban exitando.
—De seguro vas a andar en tanga todo el tiempo que estés en la cabaña. —se acercó a mi oreja. —Si tienes una tanga que me quedé igual y yo también la uso. Me agarró el trasero y luego tomó los platos mirándome morbosamente y sonriendo y luego salió al patio. Mi verga comenzó a crecer. Jamás me había imaginado a mi tío en tanga, con ese cuerpo de macho.
Intenté tranquilizarme y que se me bajara la erección. Salí al patio y llevé los demás platos. Al terminar de cenar nos despedimos y nos fuimos a dormir. La habitación de mis padres estaba al fondo y la mía al otro extremo del pasillo, luego la de mi hermano mayor que estaba en la universidad y luego cerca de las escaleras la habitación de huéspedes donde mi tío se iba a quedar. Salí de la habitación con la excusa de ir por agua y en eso mi tío iba sabiendo las escaleras.
—Traes pijama, pensé que dormías en pura tanguita, nenita.
—Si duermo en tanga. Y usted tío? Como duerme?
Me sonrió y me dijo al oído…
—Yo duermo sin nada.
Soltó una risita y se metió en la habitación. Y yo cuando
regresé a la mía tenía la verga muy parada. Rápidamente busque en mi pagina
favorita unas tangas que le pudieran quedar a mi tío, pedí 5 y una de esas me
gustó mas que las otras, tenía estampado de camuflaje. Imaginármelo me ponía la
verga dura.
Esa noche me di una masturbada deliciosa pensando en mi tío.
Por fin se llegó el fin de semana. En la estación de
autobuses estaba muy nervioso, me imaginaba estando en tanga todo el día para
que el macho de mi tío me viera. Ideé un plan para que no solo fuera observado
si no también tocado, quería sentir sus manos de leñador en mis nalgas
aprontándolas, nalgueándolas, eso me ponía muy caliente. Casi pierdo el autobús
por estar soñando.
Cuando llegué a mi destino mi tío no me esperaba. Le llamé
pero me dijo que el camino era fácil, solo debía seguir el sendero y llegaría
ala cabaña, que ahí me esperaba y me preguntó si realmente venia solo lo cual
respondí que si.
La caminata fue de casi 10 minutos, cuando por fin llegué y toqué la puerta me llevé una muy buena sorpresa.
Mi tío abrió la puerta y estaba
usando una de las tangas que había dejado en el suelo de mi habitación. Le
quedaba muy chica y muy apretada. En ese momento mi cuerpo vibró mucho. Su
cuerpo de oso fornido, su pelo en pecho abundante y negro que rodaba también su
panza cervecera, sus piernas peludas y bien formadas, esos brazos que partirían
un tronco, todo me fascinó, pero mas su bulto, con la tanga apretada se le
notaban mas las bolas firmes y rellenas y su verga que sufría por estar
atrapada dentro de esa diminuta tanga color amarilla. Su follaje púbico salía
como un bosque negro y me excitaba mucho. Me quedé sin habla.
—¿Qué pasa? —me dijo pícaro y sonrió. Su barba negra brilló.
—Tío, esa es una de mis tangas…
—Si, la recogí de tu habitación, la he estado usando desde
que llegué aquí. ¿Qué no era lo que querias? ¿a eso has venido no? A ver a tu
tío en tanga ¿verdad nenita?
Se me caía la baba.
—se te ve muy rica tío.
—¿Te gustó nenita? —sonrió.
—tu también eres una, estas usando tanga.
—No, yo no soy nenita, soy un macho cachondo que quería
sentir el morbo, solamente. Pasa. —me dijo seco.
Uan vez dentro se detuvo y me miró con perversión.
—enseñamé tu tanguita, nenita.
Deje la mochila en el suelo, me quité la playera y el
pantalón rápidamente.
—traes una tanga muy pequeña nenita y de color azul.
No dejaba de ver su tanga apretada, parecía que estaba a
punto de reventar.
—te traje unas a ti, me dijiste que si encontraba de tu
talla te las pondrías.
—¿a si? A verlas. —sonrió.
Las saque rápidamente de mi mochila y se las mostré.
—Esas de seguro me quedan bien. ¿Cual te gustó mas?
—la de militar.
—bien, esa me la pongo después— Tomó una negra y paso
seguido comenzó a quitarse la que traía puesta.
Quedé boquiabierto. Estaba viendo a mi tío completamente
desnudo. Su verga era muy gorda a pesar que estaba dormida. Sus huevos bien
rellenos estaban bien arropados en su mata de pelo negra y se veían riquísimos.
La dejó aun lado y comenzó a ponerse la negra. Le quedaba divina. Le hacia
notar un buen bulto.
—¿te gusta? — sonrió.
—si mucho.
—Ten. —me arrojó la tanga que se habia quitado. —no me la he
quitado desde que llegué aquí, quiero que te la pongas. Pero antes quiero que
la huelas.
Comencé a aspirar ese aroma a macho. La sangre me estaba
hirviendo. Olía riquísimo. Estaba sudada y juraba también llena de semen. Era
como una droga. Luego me quite la mía y al verme mi tio sonrio.
—vaya pedazo de verga te cargas para tu edad.
Me puse la tanga que usó mi tío y podía sentir su morbo.
—bien, tengo que cortar unos leños, vendrán mañana por
ellos, estaré afuera.
Salió en tanga al patio. Yo miraba desde una ventana como
cortaba los leños en tanga en medio del bosque, como su barba y el pelo en su
pecho comenzaban a mojarse por el sudor. Yo no pude resistir mas y comencé a
frotarme la verga. Sentir la tanga que usó mi tío me excitaba aun mas. Sus
nalgas enormes y bien rellenas y firmes rebotaban al momento que daba con el
hacha pero lo que mas me gustaban eran esos huevos llenos de leche rebotando.
Era activo (al menos solamente en ese tiempo) así que me imaginaba a mi tío abierto de piernas
mientras le metía por el ano mi verga. En medio de un gemido llené la tanga de
semen.
Mi tió entró después de unas 3 horas.
—Casi anochece, me daré un baño, después de eso iremos a
cenar algo que aun no me hago de provisiones. Alístate.
Subi a la habitación de al lado y me puse mi ropa. Mi tio
salió de la ducha con la tanga puesta y comenzó a vestirse con la puerta
abierta. Se puso unos jeans y una camisa de cuadros color café y no la abotono
del pecho, se veía su pecho peludo delicioso. Con esos jeans sele veían bien
paradas las nalgas. Se puso unas botas. Un gran cinturón y un sombrero. Era
todo un macho.
Fuimos a cenar cerca. A un bar. Mi tío me dijo que nos
sentáramos alejados de los demás.
—pide lo que quieras.
—¿lo que yo quiera?
—si, por estos días… —miro a todas direcciones— tu eres mi
nenita y te voy a consentir.
Antes de convivir así con mi tío me hubiera enfadado que me
llamaran asi, pero viniendo de el me hacia sentir caliente.
Se había sentado frente a mi. Cuando la mujer llegó a por las ordenes mi tío quito esa mirada
lasciva . pero al irse la volvió a realizar.
Antes de que llegara la comida llegó la cerveza. Había
pedido dos tarros y a mi un refresco. Dejó su lugar y se sentó a un lado mío.
—¿Quieres un poco? ¿Tu padre te ha dado a probar?
—No y no quiere que lo haga.
—hace bien, ebrios los hombres hacemos cosas que no
deberíamos hacer. —y paso seguido empezó a beber. Parecía que estaba muy
sediento.
—y luego mi nenita ¿Qué tal te va en la escuela? ¿eres
bueno?
—mas o menos, no soy bueno-
Pero en eso un hombre se acercó a nosotros.
—Gutavo ¿Cómo esta? —saludó
—Rob que tal. Todo bien.
—supe que te dieron la dirección que habías solicitado
—era el puesto que quería. —sorbió. —el es mi sobrino Julio,
pasará el fin se semana conmigo.
—hola jovencito soy Rob, trabajo donde tu tío. —me dio la
mano para que lo saludara y luego me dijo —muy atractivo jovencito.
—si.—respondió mi tío seco y luego pasó uno de sus brazos
por mis hombros. —Es el mas chico de la familia.
—cuídalo bien, hay muchos oso por aquí, no lo dejes salir
solo. —lanzó una mirada lasciva asi como las de mi tío.
—conmigo no le pasará nada. —comenzó a beber mas.
Otro hombre le habló al tal Rob, uno pelirrojo y se despidió. Mi tío
parecía que se había enfadado.
—no quiero toparme con un oso. —dije preocupado.
—no te preocupes mi nenita que aquí esta tu macho para
cuidarte. —dijo y después bebió lo que le quedaba del tarro.
Eso me estaba encendiendo, que él era el macho y que me
protegía como una nena me calentaba.
Llegó la comida y comenzamos a cenar. Solo hubo platicas
random pero en todo ese tiempo tomo 10 tarros.
—¿vas a querer un postre? Mi nenita va a pedir lo que
quiera, que para eso esta aquí su macho. —me dijo al oído.
Pedí un pie solamente. Al terminar pidió la cuenta y
discretamente me tomo de la mano debajo de la mesa.
Se estaba comportando como si fuera mi pretendiente y por
alguna extraña razón me gustaba mucho. Cuando llegamos a casa me tomo de la
mano y me dijo que ya era hora de dormir y que al día siguiente iba a empezar
lo bueno, pero no comprendí. Le dije que platicáramos un poco mas pero no quiso
por que estaba un poco ebrio.
Se metió a su habitación y cerró la puerta. Me metí en la
mía, me quité la ropa y me dormí en tanga. Unos minutos después escuché la
puerta de su habitación abrirse y luego unos pasos por el pasillo para luego
regresar a su habitación. Me quedé dormido, pero a mitad de la noche me despertó
un gruñido. Provenía de la habitación de mi tio.
Me levante de la cama, abri mi puerta y se escuchaban
gemidos. Mi tío habia dejado la puerta entre abierta, me asomé, lo veía con la
verga de fuera jalándosela fuertemente, sus bolas peludas rebotaban
salvajemente y se estaba apretando un pezón.
Abrí la puerta y mi tío me miró pero no dejó de jalársela.
—vete a tu habitación nenita. —me dijo gimiendo de placer.
—tio quiero ….
—veteee —gimió — ve…. —pero en eso un chorro de leche salió
disparado acompañado de un gruñido seguido de otros tres mas. La leche le caía
en el pecho y le escurría por los huevos peludos. Se levantó de la cama con la
verga aun bien parada me sacó de la habitación y luego cerró la puerta.
Yo estaba confundido pero super excitado. Regrese a mi habitación. De rato mi tío
entró, ya no estaba erecto y su tanga se veía húmeda.
—Perdón nenita, es que estoy algo ebrio. Por la mañana hacemos
cosas divertidas. Jálatela rico pensando en esa jalada que me di, esa leche
salió por ti. Luego salió de la habitación.
Me la empecé a jalar. gemía y gritaba muy fuerte para que me
escuchara. Lo imaginaba todo sudado, sus vellos llenos de su leche, sus huevos
rebotando, estaba muy muy caliente y después de un buen rato de intensa jalada por
fin pude venirme llenándome todo el pecho de leche y quedé profundamente
dormido.
Continua ….
Series activas:
Alan: La primera vez que vi a mi padre usar tanga.
Descubrí que al jefe de mi padre le gusta usar tanga.
Julio: Mi tío cachondo en tanga.
La primera vez que mi padre usó una tanga.
Mi vecino en una diminuta tanga.
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Si te ha gustado házmelo saber y si te la he puesto dura también.
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Dime si se te ha puesto dura 😈